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La incorporación de plantas en los espacios estimula los sentidos, dan la sensación de orden y disminuyen la somnolencia.
A través del diseño biofílico, las plantas se convierten en aliadas en la decoración y les entregan beneficios a las personas que habitan espacios como la casa o la oficina.
Luis Sañudo Vélez, profesor e investigador de arquitectura en la Universidad Pontificia Bolivariana, explica que la biofilia tiene una relación directa con el amor a la vida y la convivencia con la naturaleza. Esta corriente del interiorismo, la arquitectura y el urbanismo invita a los individuos a potenciar su relación con los entornos naturales.
Es clave aclarar que es algo que va más allá de la decoración, de poner plantas en la sala de la casa. Su aplicación tiene beneficios para la salud, tanto física como emocional, y facilita que cada individuo habite de forma consciente los espacios que hacen parte de su rutina.
La reducción del estrés, como estrategia para buscar el bienestar y la felicidad, hace parte de las características que determinan la biofilia, agrega el docente; así como los elementos físicos y la composición del espacio. “Un ejemplo es el manejo de la luz, la implementación de naturaleza es una manera de regular la oscuridad o el exceso de iluminación, de tal manera que no tengamos cambios bruscos entre el día y la noche, sino que tengamos espacios más equilibrados”.
Que las plantas estén ubicadas en espacios con luz natural, es ideal. O si hay presencia de luz artificial, que no sean directas, “este juego con las luces crea penumbras para regular la intensidad lumínica”. Complementa Luis Sañudo y añade que otro elemento natural que se relaciona con la biofilia es el aire, pues al “dar la sensación de tener espacios más ventilados, le permiten a las personas estar más despiertas, más activas”.
La corriente vela por una estimulación de los sentidos, que va más allá de lo visual. Enfatiza Sañudo que “las texturas, los olores, nos ayudan a trascender de lo visual y cambiar la experiencia y la relación con los espacios”. Stephen Kellert, psicoanalista, agrupó los elementos que componen la biofilia en líneas de trabajo espaciales y psicológicas, esta última se usa en las clínicas y hospitales, donde se utilizan imágenes de paisajes y plantas que ayudan a la recuperación de los pacientes.
La presencia de plantas se relaciona directamente con el agua. Por eso se crea en los espacios una sensación de armonía, limpieza, energía y vitalidad.