Las nuevas formas de habitar los espacios, los cambios en los proyectos arquitectónicos, la migración digital y las alternativas para reciclar las construcciones que por las dinámicas actuales no se volverán a utilizar, son solo algunos de los desafíos que enfrentan las facultades de arquitectura.

La pandemia ha permeado las dinámicas en todos los ámbitos y en las facultades de arquitectura no ha sido la excepción. Por eso, en los procesos de investigación la coyuntura es un tema fundamental para el urbanismo. Más allá de los tiempos de ejecución que han cambiado, las condiciones de bioseguridad, el distanciamiento social exigido y la sostenibilidad de los proyectos, hay otros aspectos de fondo que los arquitectos deben considerar. Emerson Marín, director de diseño arquitectónico de Antrópica y docente de cátedra en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), asegura que las facultades deben afrontar los retos del contexto actual. «Estos fenómenos que vemos en la ciudad y en el mundo, donde las oficinas pasan a un segundo plano, la vivienda toma mucha preponderancia y el espacio público también, se deben poner sobre la mesa para que los profesionales que están saliendo entiendan esas necesidades que pueden ser radicalmente opuestas a lo que se tenía».

Para Samuel Ricardo Vélez, director de la facultad de arquitectura de la UPB, es importante analizar los cambios que se han vivido durante la misma pandemia, pues cada etapa de este último año ha representado demandas específicas: «El año pasado tuvimos un concurso internacional convocado desde el Reino Unido por el Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA por sus siglas en inglés) sobre las reflexiones de cómo se estaban habitando los espacios desde el inicio de la pandemia y qué modificaciones había que realizar en los existentes. Ahora nos convocan para reflexionar sobre cómo transformar aquellos espacios que ya no tienen utilización. Hemos visto edificios de oficinas desocupados y varios de estos no van a volver a ocuparse por las dinámicas del trabajo en casa. ¿Qué debemos hacer con esas estructuras que son de buena calidad?, ese tema del reciclaje, de volver a repensar esos edificios se hace necesario y es parte de los trabajos contextualizados que se están teniendo en las facultades».

La transición digital

Migrar hacia la modalidad virtual fue un reto significativo para las facultades de arquitectura, pues ninguna estaba preparada para afrontar este escenario. Esto es importante debido a que históricamente ha sido una carrera que se ha caracterizado por la transmisión de conocimiento por medio de los talleres de proyectos. De acuerdo con el director de la facultad de arquitectura de la UPB, además de ser presenciales, estos eran supervisados por los profesores para hacer un trabajo más profundo con los alumnos. «El taller de proyectos sintetiza la capacidad y la competencia que nos diferencia a los arquitectos de otros profesionales de ser capaces de proyectar y diseñar los espacios tanto públicos como privados que solucionan las necesidades de las personas. Durante la coyuntura hicimos la transición hacia herramientas virtuales para seguir obteniendo resultados de aprendizaje de los estudiantes en los proyectos de arquitectura y urbanismo».

Además de esto, es fundamental que en las facultades se dé una constante actualización de las herramientas informáticas tanto para la representación como para la comunicación de los proyectos. Un ejemplo claro es la metodología Building Information Modeling (BIM) que permite tener un control de los proyectos en sus diferentes etapas. «Ya sea en la gestación, construcción o etapa operativa, esta es una herramienta fundamental para los arquitectos, pues los proyectos formulados bajo esta metodología de trabajo colaborativo es beneficiosa para las contrataciones públicas y privadas para evitar problemas presupuestales», precisa el director Vélez.

Mientras que para Marín es vital que los nuevos arquitectos no solo estén bien preparados en cuanto a los conceptos de su carrera, sino que sean fuertes en temas digitales y de comunicación. “Como director de diseño de una firma el mercado requiere profesionales capacitados y autónomos, responsables en la forma en que actúan porque ahora hacemos reuniones virtuales y algunas presenciales, pero deben ser capaces de usar las herramientas a distancia de trabajo colaborativo y tener autonomía. Ahora el tema de la comunicación en todo sentido se vuelve un factor fundamental, tanto para comunicarse muy bien entre los equipos, como para comunicar hacia los clientes”.

La inserción en el mercado laboral

Sin lugar a dudas la crisis actual también afectó el mercado laboral en el sector porque los arquitectos trabajan con recursos, tanto privados como públicos, que por ahora están enfocados en otras necesidades. Pero, como aclara Vélez, debido al amplio campo de acción que tienen estos profesionales no necesariamente deben verse solo como proyectistas: «Ellos también se pueden desempeñar como constructores, interventores, planeadores, programadores, presupuestadores, investigadores, desarrolladores de nuevos productos, pueden participar en los procesos de evaluación de los sistemas catastrales, prestar servicios de dibujo y realidad virtual de los proyectos, hacer renderización y construcción de maquetas virtuales», todo esto con la ventaja que brinda el contexto actual apoyado por la virtualidad, por lo que se puede hacer desde cualquier lugar del mundo.

Por eso, las facultades de arquitectura de las universidades tanto privadas como públicas comprenden la importancia de transmitir conceptos empresariales básicos a sus estudiantes, para conocer la dinámica en este sector y que tengan las competencias para insertarse en las empresas del sector productivo ya sea como empleados o como empleadores. No obstante, para Marín es fundamental que los nuevos arquitectos refuercen sus conocimientos en una oficina. «Una de las cosas más importantes que puede tener una persona egresada es entrar a un lugar donde lo sigan formando y aprenda más. Estas herramientas empresariales son válidas si se enfocan hacia modelos y negocios nuevos. Seguir dándole herramientas a las personas para que sigan creando el mismo negocio que ya existe no tiene sentido y aquí es cuando se deben aprovechar los vacíos en el medio. Creo que es mejor dar herramientas para la innovación, nuevas tecnologías, nuevos desarrollos, que seguir perpetuando unos modelos que vienen de tiempo atrás».

La labor no debe ser solo de las facultades, los estudiantes como proyectistas deben comprender los cambios del mundo y cómo estos repercuten en el diseño arquitectónico. Es por eso que un profesional de esta área debe tener incorporadas características de autonomía, capacidad de trabajo en equipo, debe entender su entorno y adaptarse a los contextos, pero sigue siendo fundamental la historia, conceptos y teoría durante su formación.