El Centro Argos para la Innovación es una oda al concreto que con diversas aplicaciones de este material logra el desarrollo de una obra integral, recientemente premiada por la Federación de Diseñadores de Asia-Pacífico.
El arquitecto Lorenzo Castro fue el encargado de materializar los sueños de Argos y la Universidad Eafit. Para ello, tomó un área de más de 4.807 metros cuadrados en el campus universitario y le dio vida a una obra de arte donde se da un encuentro entre la investigación académica y la investigación empresarial. «Es algo fundamental porque es producir conocimiento desde la universidad para ser aplicado en la industria. Todo esto unido por el concreto», explica Castro.
Se trata de una obra integral que se basa en el concreto y sus diferentes aplicaciones para conseguirlo. Este material se maneja de tal forma que permite ahorros significativos de agua y energía, desarrolla intervenciones artísticas en las fachadas y es un espacio confortable para todos. «La diversidad que ofrece el concreto es enorme. Es un material muy interesante porque es una roca que se puede moldear. Los seres humanos moldeamos el concreto para producir espacios de acuerdo con las necesidades. Por eso en esta obra hay tantas aplicaciones diferentes», agrega el arquitecto. El Centro Argos para la Innovación fue destacado recientemente con el Premio Especial del Jurado IAI, galardón entregado por la Federación de Diseñadores de Asia-Pacífico, uno de los reconocimientos de diseño más influyentes y prestigiosos a nivel mundial. En 2015 el reconocimiento fue para el edificio de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), ubicado en San Antonio de Pichincha, Quito. En el siguiente infográfico hacemos un recorrido por la obra para conocer las diferentes aplicaciones del concreto y sus características más destacadas.

